poema

Como el deseo que jamás pedí, como un golpe de esperanza en medio de la oscuridad... viniste a mí sonriendo y sin decir palabra alguna, invadiste mi corazón... Traté de liberarme de tu encanto pero no tuve la voluntad para pelear.

 

Aún no logro entender cómo pude pasar toda una vida sin ti... Eres la radiante luz que se abre paso a través de las sombras, la estrella lejana que no puedo tocar... Por eso me pregunto, ¿quién soy yo para pedirte que me ames?

Perdido y aturdido por tu belleza, estoy empezando a creer que la magia existe... Voy a entregarte todos los sentimientos que celosamente guardé, para que cuides de ellos porque dentro de mí ya no tienen razón de ser.

Cuando me robas un beso es como ver el sol por primera vez, iluminas la oscuridad en mi alma y me vuelvo bueno... Recuéstate en mis brazos, no importa si te falta el aliento, en mi corazón estás a salvo y lo que menos necesitas es respirar.

Pero protégeme que no soy tan fuerte como proclamo... si miras a través de mi pecho podrás ver mi corazón latiendo, no hay necesidad de ocultar lo que te pertenece... ¡Oh, amor! solo abrázame fuerte que la gravedad es cero y podemos volar.

En la vida debes aprender a soltar el pasado y aceptar lo que tienes... esta vez no voy a cuestionarme por lo que me toca, pues tú lo eres todo y con eso me basta... El tiempo se detiene, la noche brilla, todo es perfecto si estoy contigo amor.

Caricias inocentes, susurros que embriagan, sobrevivo sin respirar cuando con derecho ocupas el lugar que siempre te perteneció... No existe miedo a lo incierto porque ha llegado el momento de amarnos desde hoy y para siempre.